La cuarentena ha generado un cambio en los hábitos y rutina de muchas personas. Por lo general, el permanecer en casa, el trabajo remoto, el convivir de una manera más cercana con los miembros del hogar ha exigido un esfuerzo distinto a lo que estamos acostumbrados. Las habilidades y costumbres que nos facilitaban en el día a día antes de la pandemia, no necesariamente se corresponden con lo que hoy en día necesitamos para llevar una vida equilibrada.
En este sentido, la adquisición de nuevos comportamientos que reduzcan el estrés e incertidumbre ocasionado por la pandemia, debe ir de la mano de una toma de conciencia de las razones que nos han llevado a experimentar esta situación como estresante. La sociedad nos ha acostumbrado a vivir alejados de nosotros mismos y de la familia, y es por ello que ahora nos cuesta hacerlo.
El alejamiento del hogar provocado por la intensidad y cada vez más demandante rutina de trabajo, el cada vez menor conocimiento de uno mismo y de la familia debido a la cantidad de estímulos que nos rodean, el cambio de las prioridades que cada vez se enfocan a lo material y objetivo en contraposición a lo emocional o subjetivo, son de alguna manera matices que enmarcan el conflicto actual.
Manejar esta nueva realidad puede estar relacionado a valorar las relaciones familiares y las emociones que ello genera. Entender las cosas que nos provocan estrés, ser conscientes de nuestros gustos y preferencias de tal manera que podamos profundizar más en cada uno de nosotros. Así cuando acabe la pandemia y la cuarentena, estemos seguros que lo que celebramos cada día esté en función a lo que realmente somos y queremos, y no a una percepción sesgada de la vida.
Una manera de hacerlo es reflexionar sobre las cosas que nos generan ansiedad. Por ejemplo, si el estrés se presenta o intensifica cada vez que vemos noticias sobre lo que esta ocurriendo con la pandemia, lo saludable seria dejar de ver ese tipo de contenidos y reemplazarlos por pensamientos más positivos u optimistas respecto a la situación actual.
Así como hay situaciones que nos generan estrés y ansiedad, tambien hay cosas que nos hacen sentir bien. Una manera interesante de procurar a nuestra vida felicidad es haciendo cosas que nos gustan. Por ejemplo, si nos gusta cocinar determinado tipo de comida, incluyamos en nuestra rutina un tiempo para preparar esos platos que nos alegran el dìa, veamos recetas y aprendamos nuevas formas de prepararlos y darnos esos gustos.
Profundizar en nuestras emociones nos va permitir evitar, en la medida de lo posible, los estimulos negativos o situaciones que nos harían sentir mal, y tambien procurar o hacer más frecuentes las situaciones que aportan alegria a nuestra vida.